Tras las numerosas
manifestaciones por toda España a favor de un referéndum monarquía-república, algunos
políticastros han salido hoy a lamerle el culo al rey y al príncipe más
preparado de todos los tiempos.
Las declaraciones del jeta de
Rajoy: “Estoy convencido que la monarquía tiene en España un apoyo muy
mayoritario. Y quien quiera cambiar las reglas que lo plantee en las Cortes
Generales, ya que nadie tiene derecho a saltarse la legalidad”. Señor Mariano,
si está usted tan convencido de ese apoyo tan mayoritario, ¿Qué miedo hay en
convocar un referéndum y que sea el pueblo quien lo diga? Respecto a su segunda
frase, es cómo decir: “Claro, como tenemos mayoría absoluta, proponer lo que os
dé la gana que ya diremos nosotros a todo que no”. Y ya decir con toda tu cara
que nadie tiene derecho a saltarse la ley cuando en España tenemos más de
10.000 aforados… ¡Más que en el resto del Planeta!
Otro que tal baila ha sido
Zapatero, que en “Al rojo vivo” ha salido diciendo sandeces del tipo de “Sería
posible una república monárquica” o “la monarquía que tenemos ahora en España
es democrática porque Franco ya no está en poder”. ¿Se puede ser más tonto?.
Señor Zapatero, ninguna monarquía es democrática porque se basa en pasar el
poder del Jefe de Estado de padres a hijos, sólo por lazos de sangre. Para
refrescarle la memoria, al rey Juan Carlos no lo votó nadie porque aparte de
ponerlo Franco, cuando éste él mismo se auto-coronó en 1975 antes del tan
famoso Referéndum al que tanto os referís y que supuestamente lo legitima como
rey. Lo que la gente votó fue SI a la Constitución. Y si hay Constitución hay
rey y si no la hay volveríamos a una dictadura. A nadie se le preguntó sobre
monarquía o república, así que dejad de tomarnos por tontos, que esta monarquía
fue metida con calzador. Sr. Zapatero, usted de democrático tiene lo mismo que
yo de monja tibetana.
El único que ha tenido un poco de
valor, (tampoco mucho) ha sido Alberto Garzón, que se mojó diciendo que lo que
nos venden ahora y llaman democracia, son listas cerradas. Es decir, que
votamos al partido pero la gente que forma las listas viene impuesta. ¡Qué gran
verdad! quizás el día que votemos con listas abiertas (las listas cerradas no
son más que un coladero de amiguetes) y se termine el sistema Dhont para contabilizar
los votos en las elecciones el Sr. Rajoy pueda salir a decir ese tipo de cosas.
Otra cosa de la que no paran de
hablar en las televisiones y que me tiene un poco harta es escuchar ridículas alabanzas
a Felipe y elogios sobre lo bien preparado que está. Me parece fenomenal que
este señor hable fenomenal varios idiomas. Pero señores sólo por saber hablar
idiomas nadie se merece ser Jefe de Estado. Yo conozco infinidad de gente que
habla perfectamente varios idiomas y que podrían por lo tanto merecerse tanto o
más que él el cargo de Jefe de Estado.
Como dije en mi entrada anterior,
no me parece casualidad que ahora que el PP tiene aún mayoría absoluta se
produzca la abdicación del rey. Ahora pueden hacer aún lo que les dé la gana,
pero más adelante si se rompe el bipartidismo que tanto defienden PP como PSOE
¿quién sabe?
Cuando ayer en Twitter leí a gente usando el hastag #VivaElReyFelipeVI y leer como algunos defendían su inviolabilidad ante la ley, o su derecho a reinar por encima de su hermana por ser mujer (aunque después se modificará la Constitución para que Leonor si pueda reinar), leer como se defendía todo eso, me daba la sensación de que a pesar de estar usando Internet habíamos vuelto al Medievo. ¿Pedimos también derecho de pernada? Porque si el alcalde de un pueblo se retira de su cargo y en su lugar coloca como alcalde a su hijo con el único requisito de ser “hijo de alcalde”. ¿Lo veríais bien? Pues con los reyes pasa lo mismo.
Pero sin duda, los que más gracia me hacen son los que se hacen llamar “Repulicanos Juancarlistas”. O eres republicano o no lo eres, aquí no hay medias tintas, que algunos nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino.
PD: Algo que me gustaría comentar es
el vídeo del discurso del rey anunciando su abdicación. El tío sólo hablaba de
las cosas que había hecho bien, pero de todos sus errores (que son muchos) ni “Mú”.
Muy campechano y humilde por su parte.
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