No sé porqué me ha dado por ponerme a pensar en lo absurdas que suelen ser las modas y sobre todo, lo absurda que pueden llegar a ser muchas personas con tal de seguirlas.
Por poner un ejemplo, el invierno pasado se pusieron de moda las botas de agua, esas de goma que tan sólo nos ponían cuando éramos muy pequeños o los jardineros y pescadores para no mojarse los pies.
Bien, `pues esas botas pasaron de ser parte de un uniforme de pescadero a estar en los pies de un número considerable de pijas y modernitas, y no sólo eso, sino que llegan a gastarse hasta 150€ en las botas de pescadero tan de moda, cuando son simplemente plástico y el coste no creo que supere los 2 euros...
"Señores clientes les informamos de la bajada de precio de nuestras estupendas botas de pescadero, Muchas gracias".
Pero ¿cómo se sabe si podemos pagar la friolera de 150€ o no por ellas? Pues muy fácil, tienen que llevar escrita la palabra "HUNTER", sólo esas letras cuestan 80€ por lo menos. ¿De qué coño está hechas? ¿De cuerno de unicornio y marfil de rinoceronte encontrado en la Antártida?
Pero estoy segura que lo peor está aún por llegar, veréis cuando a HUNTER les de por lanzar la línea de botas de pescador hasta los sobacos... ¡Lo que nos vamos a reir!
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